Basted Lives (Rol)

En una perdida zona conocida como la Explanada Onírica, hace muchos años
convivieron 4 dioses. Uno de ellos era un experto en alquimia... Su
nombre era Chemys, el dios de los elementos Clásicos (Tierra, Fuego,
Aire y Agua). Otra poseía el poder de lo abstracto e incorpóreo. Se
hacía conocer por They, la diosa de los elementos Inmateriales (Luz,
Oscuridad, Alma y Vacío). Un tercero poseía conocimientos
revolucionarios: era Kanteo, el dios de los elementos Modernos (Digital,
Metal, Energía y Creatividad). El grupo lo completaba una mujer de
carácter bondadosa que siempre se preocupaba por los demás pero que si
se terciaba poseía la furia de mil mares... Sanae, la diosa de los
elementos Emocionales (Ira, Justicia, Sangre y Sueño).

Los cuatro
juntos asentaron las bases de una civilización: los Óniros. Producto de
sus gloriosas manos, tanto los óniros como los materiales que crearon
se basaban en la combinación de estos 16 elementos. Había más elementos
en otras regiones pero ellos no querían que se corrompiera su filosofía
con otras. Pero conocían la ambición de los dioses extranjeros y se
imaginaban que tarde o temprano surgirían guerras y peleas realmente
horrendas. Por ello otorgaron la pureza de uno de los elementos a cada
habitante para que pudiera defender el futuro del lugar.

Pero
estos dioses eran más débiles que los otros pues eran mortales. Tras su
muerte, a medida que pasaron las generaciones, el conocimiento elemental
se fue quedando en el más absoluto de los olvidos. Mientras tanto, los
óniros demostraron ser una poderosa civilización y lograron resistir 20
largos siglos.

Pero en el primer año del nuevo siglo un accidente
trajo de la forma más abrupta el recuerdo de los antiguos. Un joven de 6
años se había adentrado en El Laberinto, una zona lleva de caminos
delimitados por arbustos y mil trampas que había sido vetada para los
óniros desde el inicio de los tiempos. Permaneció en paradero
desconocido una semana entera para que luego se lo encontraran a la
entrada totalmente desfallecido. Una vez le curaron pudieron ver como el
chico sufría un gran shock y era incapaz de hablar de nada de lo
acaecido en su aventura en aquella trampa divina. Pero descubrieron que
era capaz de usar una especie de poder que desconocían. Investigaron y
consiguieron despertar sus almas del letargo elemental.

Se
avecinan tiempos oscuros en la región que rodea a Ciudad Labyrinth.
Desde la entrada del chiquillo en El Laberinto se ha visto cómo surgían
de él seres antes vistos solo en las peores pesadillas. Nadie se atreve a
entrar. Tampoco pueden huir de la Explanada, fuera de la cual se
desarrollan cruentas guerras.

Como medida defensiva, en Pueblo
Vaito se ha comenzado a educar a los más jóvenes en el conocimiento de
los elementos. Todo sea por frenar la masacre que ha comenzado durante
las ahora oscuras noches de la región.